Clinica Dra. Silvia Navarro

13 éstos fueron eficaces. También es importante evaluar los recursos del paciente de enfrentamiento del problema, tratar de obtener información sobre las personas de su entorno, en las que poder confiar, sus habilidades de auto-control, habilidades cognitivas generales y de solución de problemas, comportamiento social auto-percibido y el potencial de actividades gratificantes. A continuación, la psicóloga completa la evaluación con la administración de las siguientes pruebas psicológicas: Inventario de Depresión de Beck, BDI, de los autores A. T. Beck, C. H. Ward, M. Medelson, J. Mock y J. Erbaugh, es una escala de autoevaluación que valora fundamentalmente los síntomas clínicos de melancolía y los pensamientos intrusivos presentes en la depresión (García-Portilla et. al., 2006). Escala de Hamilton para la depresión, HDRS, de M. Hamilton, es una escala heteroaplicada, diseñada para medir el perfil sintomatológico, la intensidad o gravedad del cuadro depresivo (García-Portilla et. al., 2006). Escala de Autoestima de Rosenberg, RSES, la cual nos permite detectar una excesiva o un déficit en la autoestima del paciente. En función de los resultados obtenidos, el tratamiento del trastorno depresivo consistirá en unas u otras técnicas terapéuticas, siendo las que aparecen a continuación las que se aplicaron a las pacientes que acudieron al centro colaborador durante mi periodo de prácticas. En primer lugar, se realizaba a la paciente una explicación del trastorno depresivo, utilizando para ello una presentación Power Point de la Dra. Silvia Navarro. A continuación, se llevaban a cabo técnicas de reestructuración cognitiva, con el objetivo de cambiar creencias, expectativas o atribuciones negativas por otras más positivas y adaptativas. Otra de las técnicas que se utilizaban es la de asignación de tareas graduadas, dirigida principalmente a aquellas tareas que el paciente cree que no es capaz de realizar, de este modo, al cumplirlas se facilita el cambio de las autoafirmaciones negativas (Bas y Andres, 1994). Teniendo en cuenta que una de las variables mantenedoras de la depresión es el no realizar actividades agradables, para realizar dicha asignación de tareas